viernes, 11 de abril de 2014

El RUGIDO DE LAS BESTIAS

Los acordes chillaban de dolor. El guitarrista tocaba su instrumento con la facilidad con la que cualquier persona parpadeaba. Sus movimientos eran placenteros y fluidos.  El vocalista a su lado, parecía volverse loco tratando de devorar el micrófono con su profunda voz. Cada nota entonada competía con el ronroneo de la pantera más fiera.

Las víctimas de los músicos  se habían dejado someter, y bailaban sumisas al son de sus rugidos burbujeantes.


No reinaba otro deseo en el ambiente más que el de perder la cordura. Cosa que parecía ir sobre ruedas.  Sus estatus de humanos, habían sido ocultados por una cortina de aspecto animal. Y al cielo solo aullaban bestias ahora. 


domingo, 23 de marzo de 2014

MADRE NATURALEZA


Decían que tenía manos de hada, textura de seda y la mirada de un océano infinito. Que su voz tocaba el alma de quién la escuchaba, que su risa provocaba la más divina de las sensaciones, y que sus lágrimas sabían a cielo. 

Quien la tocaba, no podía olvidar ese hecho, quien la miraba era  incapaz de borrar su imagen de sus recuerdos para el resto de sus días.

 Sus labios, recordaban a los pétalos de una rosa y su cuerpo, a la delicada figura de una bailarina encerrada en una caja de música. Cada movimiento que realizaba, cada parpadeo y cada bocanada de aire, daba vida a un bosque entero. De sus pies descalzos se desprendían flores silvestres. 

La magnitud de su belleza sin embargo, podía ser derribada con tan solo un soplido de aire tóxico.






sábado, 1 de marzo de 2014

EL SACRIFICIO DE UNA ESTELA

Podría haber sido la princesa de los cielos, venerada y envidiada por el brillo tenue de sus hermanas, y cuidada por la tez albina de su madre.

 ¿Pero qué importaba un cargo de aquel calibre cuando corría el riesgo de que su luz la cegara?

 Había oído historias, historias sobre princesas, princesas que habían sido devoradas por su propio fulgor y sometidas a la más hambrienta de las oscuridades. Por aquello mismo y por mucho más, ella no había deseado reinar sobre lo inexplorado sino explorar lo inexplorado. 

Así pues, en un acto suicida, se decantó por descender de los cielos desembarazándose de lo único que habría podido hacer de ella una princesa de la Luna: su fulgor. 

La estrella pasó a ser una estrella fugaz en un arrebato demencial. Su viaje la llevó a lo más profundo del océano y, entre el reflejo del oleaje, consiguió advertir su verdadera forma.

 De ese modo, supo que el sacrificio de su estela no había sido en vano, que la extinción de sus sueños por otro mayor había merecido sus lágrimas fosforescentes. 




martes, 28 de enero de 2014

MI PRÍNCIPE AZUL




Oh, mi  Principe Azul, robaste mi corazón por un trono colmado en calumnias. Sedujiste mi idea del amor, la  encarcelaste entre tus largas uñas de lobo y la devoraste como a una de tus concubinas.

Oh, monstruo  sin corazón. El espacio de tu pecho está vacío. Tu estomago, está sembrado de sentimientos ilusos, robados de las criaturas más puras.

Tus besos conmigo, los bailes eternos a los que la luna parecía hacer que nos sometiéramos, no fueron más que una encrucijada de espadas. Una pelea constante, en la que tus destrezas perversas lograron vencer.

Me susurrabas al oído cuentos de hadas con desenlaces de felicidad eterna. Y embelesada por lo maravilloso de tu voz y tu aliento, no logré divisar tus caninos ponzoñosos.

Yo sabía que aquel brillo en tus ojos  y aquella sonrisa idílica, eran demasiado poéticos para ser ciertos. Pero ignoré mi mente e hice caso a mi corazón que ya era tuyo…

El día en que me revelaste  tus verdaderas intenciones, ni si quiera me importó. Cuando tu mano irrumpió en mi pecho y dejó de lado el resto de los órganos para alcanzar mi corazón, yo no jadeé de dolor, sino de pasión. Me enamoré  más, si era posible.

Y de un casto beso en mis labios me despediste antes de separar mi órgano central de mi cuerpo, y engullirlo...

...tenías razón..., una espiral de felicidad eterna..., oscuridad indefinida...